La
descripción del escudo constituye uno de los puntos más importantes a la hora de la
interpretación del mismo.
Son cuatro las reglas que han de seguirse a la hora de describir un
escudo:
1º.- La descripción debe realizarse desde el fondo
hacia adelante. Así se comienza describiendo el campo del escudo o del primer cuartel, en
su caso.
La fórmula de inicio es "En campo de (el esmalte), ...". Puede simplificarse dando por sobreentendida la
referencia al campo, describiendo directamente el esmalte, así: "De (el esmalte), ...".
2º.- Seguidamente se
describen las piezas -si las hay-, y a continuación los muebles.
3º.- Debe respetarse el
orden de numeración de los campos, en base a las particiones que el escudo pueda
presentar.
4º.- Debe acuñarse la terminología heráldica lo más correctamente
posible. No es permisible el uso de expresiones al margen de esta terminología, ya que
-si bien en principio puede resultar extraña al neófito- tiene un significado preciso y
conciso dentro de esta jerga, que es de total importancia a la hora de interpretar por
vía de la descripción, la configuración y realidad del escudo descrito.
Así, y tomando como ejemplo los escudos que aparecen a
continuación, correspondientes a las armas de los apellidos Ausín y Apalategui,
respectivamente, su descripción sería:
En campo de oro, un roble arrancado de
sinople con sus raíces de sable.

De oro, un sotuer
de gules, resaltado de un jabalí pasante de sable.

O sea, primero se cita el campo, luego la pieza (si
la hay) y por último los muebles. Desde el fondo hacia adelante.
Sin embargo, existe una excepción:
la bordura y sus derivados
(orla, trechor y filiera), el escusón y el jefe. Estas pieza se dejan para el final, una
vez descrita la totalidad del escudo.
Cabe mencionar también la llamada bordura general, que no es otra que la bordura del escudo dividido en varios
cuarteles. Esta bordura ha de describirse al final del todo.
Es de advertir que en un escudo con
varios cuarteles si uno de éstos lleva bordura, ésta se ha de mencionar al final de la
descripción de ese cuartel, no a la del escudo total, que solo correspondería -de
haberla- a la descripción de la mentada bordura general.
En los escudos que presentan particiones se
comienza describiendo cada cuartel por el orden de numeración .
Conviene aquí advertir también, que
podemos encontrarnos con descripciones que no citan la partición desde el primer momento,
mencionándola más adelante. O sea, lo normal sería indicar primeramente la partición,
si es el caso, y luego describir los cuarteles; sin embargo, es posible encontrarse la
mención de la partición ya cuando se va a describir el segundo cuartel. Veamos un
ejemplo:
lo habitual sería describir, "Partido, 1º de plata, tres fajas de azur; y 2º de oro,
un león de gules";
pero en ocasiones nos podemos encontrar: "En campo de plata, tres fajas de azur;
partido de oro, un león de gules".
De igual forma, la mención 1º y 2º,
refiriéndose a los cuarteles resultantes de la partición, es opcional, aunque muy
aconsejable. De hecho está muy extendida la práctica de su uso.
Quepa
mencionar también que en ocasiones podemos encontrar descripciones que den por sabido un
escudo, simplificando su descripción. Por ejemplo, el escudo de armas de don Diego de
Castilla, hijo de Pedro I "El Cruel" se describiría: De Castilla, calzado de León (el león diestro alterado por cortesía). En esta
descripción se da por conocido tanto el escudo de Castilla como el de León, por lo que
no se describen en su detalle.
La
terminología usada es de gran importancia, no pudiéndose utilizar términos similares
como si de sinónimos se tratase, ya que cada expresión en la jerga heráldica tiene su
concreto significado. No es lo mismo describir una figura con el adjetivo cargada que resaltada, brochante, montada, cimada o sumada. Cada una de estas voces tiene una significación bien distinta, que
sirve de forma muy importante -como decimos- para saber componer y diseñar el escudo
descrito. |